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sábado, 11 de abril de 2009
DIORAMA ANDALUCIA-2
El toro en el campo
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Las fincas dedicadas a la cría de ganado bravo suelen ser de secano o estar próximas a las marismas y siempre con abundantes pastizales. Se denominan dehesas y en ellas pastan, en zonas distintas y diferenciadas de la misma, los animales que componen la ganadería: los sementales, toros dedicados en exclusiva a la monta y la reproducción; las vacas de vientre, dedicadas a la cría de bravo, cuyo conjunto constituye la vacada; los recentales y los añojos, crías de distintas edades, apartados o no de sus respectivas madres; y los toros de plaza o de muerte, que conforman la torada. Los cabestros o bueyes, toros castrados y domesticados, acompañan al ganado bravo y ayudan al personal de la ganadería en las conducciones, encierros, apartados y enchiqueramientos. Del personal de la ganadería destaca el mayoral, o jefe de todos los demás: vaqueros, novilleros, cabestreros, pastores y zagales (mozos que ayudan al mayoral arreando las caballerías). Los vaqueros y novilleros se sirven para realizar sus trabajos, que se realizan a caballo, de la garrocha, una vara de unos tres metros de longitud, con una pequeña puya en su extremo, útil para dirigir y manejar al ganado. Los ganaderos llevan un registro genealógico en el que consta cada res con su fecha de nacimiento, nombre de la vaca y el semental de que proceden, su nombre, la pinta, el número, los datos del herradero y de la tienta y por último, si es semental o vaca de vientre, su descendencia y si fue toro de muerte, su comportamiento en la plaza. Previo al embarque esta la faena de El Apartado, es la faena más tradicional que interviene el personal de la ganadería y los cabestros. Consiste en la acción de separar a determinadas reses del grupo con diversas finalidades: embarques, curas, separa machos de hembras, etc. En El Embarque los toros son previamente apartados y llevados a las instalaciones de la finca, pasando por una serie de corrales en forma de laberinto, para finalizar en la rampa de embarque donde son enjaulados en jaulas o cajones que transporta el camión para su destino final: La Lidia. Aunque el ganado de las corridas era conducido en la antigüedad desde la dehesa a la plaza mediante sucesivas operaciones que tenían como protagonistas principales a los cabestros, en la actualidad, salvo rarísima excepción, se realiza encajonando y desencajonando los toros.
Esta obra describe una típica escena andaluza, en la que se aprecia dos mayorales o vaqueros al fondo con garrochas, que conducen reses bravas -6 toros-, ayudados por 2 bueyes o cabestros, y un pequeño perro, todo ello a través de un camino de tierra rural, en el que se aprecia un muro de piedra y una valla de madera.
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Toros. Diorama Andalucia-2
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